Escuela castellana. Burgos o Palencia. Segundo cuarto del siglo XVI.
"La matanza de los Inocentes"
Relieve en madera tallada, policromada y dorada.
52 x 43 x 11 cm.
Este precioso altorrelieve que efigia un episodio tan cruento como es la Matanza de los Inocentes destaca por su calidad puramente escultórica además de por la rica policromía, especialmente de dorados, que se le ha aplicado. Lo primero que llama la atención es que el anónimo escultor ha conseguido en un espacio muy reducido incluir numerosos personajes en una composición ciertamente abigarrada, es decir, con un verdadero horror vacui. El relieve destaca, asimismo, por su carácter puramente narrativo ya que en la misma escena nos muestra a Herodes dictando la matanza de los Inocentes, a los soldados ejecutando dicha orden, y por si fuera poco también a cuatro niños y cuatro madres, algunas de las cuales intentan huir de la soldadesca para que sus pequeños no sean pasados a cuchillo.
Herodes ha sido dispuesto en el extremo inferior derecho, ocupando un rico trono que en la parte baja se prolonga hacia delante de suerte que puede reposar sobre él los pies, cubiertos por sencillas sandalias doradas. Como atributos propios de su dignidad, además de la rica vestimenta que porta, se encuentran el cetro que sujeta con la mano derecha y la corona que se entreve sobre el tocado oriental que le cubre la cabeza. La manera más visual que ha encontrado el escultor para indicar la orden a los soldados para que asesinen a los niños ha sido la de señalar con el dedo índice.
En la parte superior encontramos a dos soldados, vestidos a la romana, y entre ellos un trozo de muro como para indicar que la acción se desarrolla intramuros de una ciudad. Ambos soldados, para crear variedad, han sido efigiados de manera diferente en aspectos tales como la barba, el casco o el color y forma de las armaduras. Mientras que el del bigote parece agarrar a una de las madres del cuello, el otro, el barbado, sujeta del brazo a un niño al que se dispone a ejecutar con el puñal o daga que porta en su mano derecha. Son especialmente bellas las dos madres que se sitúan en la parte inferior izquierda, una que se dispone a huir con su niño en los brazos, echando la cabeza atrás, mientras que otra parece proteger al suyo arrodillada.
Las diversas figuras que componen el relieve destacan por el canon corto, un tanto achaparrado, por los rostros expresivos, por el dinamismo de sus cuerpos y también por el anecdotismo con el que han sido confeccionadas sus prendas, lo que lleva al escultor a labrar con notable realismo zapatos, túnicas, mantos, cascos y demás vestimentas, todas ellas cuajadas de plegados redondeados muy menudos que aportan notable plasticidad a la composición.
En origen es más que probable que este relieve perteneciera a algún retablo en el que quizá se desarrollara en otros relieves el ciclo de la Infancia de Cristo, o bien el de la propia Vida de Cristo. Sea como fuere, y dados los rasgos estilísticos presentes en las diversas figuras, este relieve parece obra de un buen maestro castellano, quizás palentino o burgalés, del segundo cuarto del siglo XVI.
Agradecemos a D. Javier Baladrón, doctor en Historia del Arte, por la identificación y catalogación de esta obra.