Escuela flamenca. Malinas. Circa 1500.
"Santa Bárbara"
Escultura en madera tallada. 36,5 x 13 x 6 cm.
El canon frente despejada y algo abombada, ojos rasgados y boca pequeña, responden a las características de la producción escultórica de los Paises Bajos, concretamente a Malinas. Está tallada conforme a los dictados de dinamismo de la escultura gótica, poseyendo la famosa "postura compensatoria", que se basa en el adelantamiento de la pierna contraria a la cadera que curva. Así de este modo, el escultor consigue crear un extraordinario efecto de paños con movimiento.
Nuestra imagen se debe englobar dentro de las conocidas "Poupées de Malines", o "Chuletas o Muñecas de Malinas", pequeñas estatuas de vírgenes, santos o del Niño Jesús que fueron producidas en cantidades apreciables desde mediados del siglo XV hasta 1515-30. Su difusión se debía precisamente a su formato, el cual cubría perfectamente las necesidades de la devoción privada o doméstica. La calidad del tallado, junto con la rica policromía, la expresión del rostro, dulce y gentil, favorecieron la popularización de estas pequeñas esculturas. Se sabe que fueron parte de las mercancías flamencas que se embarcaron hacia la Península Ibérica o incluso a tierras más lejanas como Canarias, América o Filipinas.
Como toda representación de nuestra santa, le acompaña su atributo: la torre. De acuerdo a la tradición, consta de tres ventanas “para recordar las palabras de la Santa, según las cuales la luz había entrado en ella por las tres ventanas del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”, como indica don Luis Monreal y Tejada en su Iconografía del Cristianismo. En esta torre fue encerrada por su padre, Dióscuro, debido al acoso de sus pretendientes. Fue atada a una columna, flagelada, le desgarraron la piel con hierros candentes. La Santa, que se había bautizado a si misma previamente, huyó de la torre y, por ello, fue detenida, juzgada y condenada a muerte. El milagro se obró cuando, antes de ser decapitada, un rayo cayó matando a sus verdugos. Por eso es la patrona de los electricistas, la mártir de la tormenta y el rayo.
Santa Bárbara, virgen y mártir, vivió en Antioquía a mediados del siglo III bajo el imperio de Maximiano.
En su mano izquierda, que no se conserva, portaba la palma, simbolizando su condición de mártir.