Escuela colonial. Quito. Siglo XVIII.
"Virgen Peregrina con Santo Domingo de Guzmán y San Francisco de Asís"
Óleo sobre tela.
111 x 75 cm.
Nuestra pintura nos muestra a La Virgen Peregrina entre Santo Domingo de Guzmán a su izquierda, y San Francisco de Asís a su derecha, fundadores de los dominicos y franciscanos, dos de las principales órdenes religiosas que más evangelizaron las Américas y que primero lo hicieron.
Esta devoción quiteña de la Virgen Peregrina pintada por algún maestro autóctono que no hemos identificado, pero de gran calidad, con todo el encanto y sin perder un ápice de devoción.
Ornada por un precioso brocateado, encajes, y coloridas flores en su manto.
Aquí está ataviada para salir en sus andas, exornada para su fiesta, llena de flores y joyas, con el rosario en su mano y en la de su Hijo, invitando a “rezar su rosario”.
Por tanto, encontramos a nuestra Peregrina, sin su esclavina con las conchas de viera y la calabaza, como es habitual en España. Como bien nos ilustran en la web del Arquivo de Galicia sobre el origen “La advocación de la Virgen María como peregrina, aunque posiblemente inspirada en la cantiga XLIX de Alfonso X el Sabio donde aparece acompañando a los peregrinos, tiene su primera representación en la escuela-seminario de los franciscanos de Sahagún, uno de los más importantes lugares del Camino Francés, en el siglo XVI. Este modelo se extenderá a otros lugares de la ruta xacobea como La Rioja o Pontevedra, donde guiaba a los caminantes desde Baiona a Compostela. La iconografía la representa con esclavina decorada con conchas de vieira, el bordón con una calabaza en la mano derecha mientras que con la izquierda sujeta al niño Jesús quien también lleva una pequeña calabaza en la mano (https://arquivosdegalicia.xunta.gal/es/arquivo-galicia/publicaciones/la-virgen-peregrina)