Escuela colonial. México. Siglo XVIII.

"Tota Pulchra"

Óleo sobre cobre. 27 x 20 cm. Presenta una pequeña falta en el cobre.

A ambos lados de la Virgen, encontramos representadas algunos de los símbolos de las Letanías Lauretanas, como son en este caso: la rosa, el templo, la ciudad, la torre, el espejo sin mácula, el ciprés, la fuente sellada, el lirio, el pozo, el sol, la estrella, la media luna, el huerto cerrado, el árbol, el olivo y la palmera.

La Santísima Trinidad corona a la Inmaculada y, en una filacteria, porta la leyenda: "Tota pulchra es, amica mea, et macula non est in te".

Como afirma el profesor José Antonio Peinado Guzmán en su estudio para la Universidad de Granada, "al abordar el asunto de la simbología inmaculista y de las denominadas letanías lauretanas, hemos de tener en cuenta que tienen su fundamento, principalmente, en el libro del Cantar de los Cantares. La interpretación tipológica y alegórica que los Santos Padres hicieron de estos textos, han sido primordiales para la fijación de esta iconografía. Todos estos símbolos se terminarían plasmando en un prototipo iconográfico inmaculista denominado la “Tota pulchra”. Si bien, en los comienzos, este modelo, a modo narrativo, colocaba estas alegorías alrededor de la imagen de la Virgen, conforme se fue consolidando el prototipo de la Inmaculada Concepción que terminó estableciéndose, estos elementos pasaron a formar parte del paisaje y del fondo de las obras."

Bibliografía de referencia:

- Peinado Guzmán, José Antonio. (2015). Simbología de las letanías lauretanas y su casuística en el Arzobispado de Granada, en J. A. Peinado Guzmán (Coord.), "Lecciones barrocas: aunando miradas". (pp. 159-190). Asociación para la investigación de la Historia del Arte y el Patrimonio Cultural "Hurtado Izquierdo".