Atribuido a Baltazar Echave Ibía (Ciudad de México, Nueva España, c. 1583 - 1644)
La Virgen del Clavel con el Niño y su jilguero, al que un ángel les ofrece frutas y Santo Tomás de Aquino contempla devotamente"
Óleo sobre tela. 94 x 85 cm. Conserva su marco original en madera tallada y policromada.
Preciosa pintura en la que Baltazar Echave denota la clara influencia italiana. Su autor bebe de las fuentes romanas, del mismísimo Rafael Sanzio de Urbino, que pintó su Virgen del Clavel y en muchos de sus cuadros, representa al Niño Dios con un jilguero.
Delicada representación de madre e hijo ante un teólogo que, extasiado y de rodillas, proclama su virginidad en silencio, portando un lirio en su mano.
El Niño Jesús sostiene una cardelina, un jilguero. No una paloma. Al jilguero se le atribuye la simbología de representar la muerte violenta de Jesús y hay varios cuadros del siglo XVI donde se ve a la Virgen en distintas advocaciones con el Niño Jesús llevando en la mano a un jilguero. La más conocida de Rafael Sanzio.
Tambien de Rafael es “ la Virgen del clavel”…. , una flor que es claro símbolo de la Pasión, pues en una leyenda se decía que germinó de las lágrimas de María durante el vía crucis. Desde el siglo XIII el clavel, por su aroma especiado parecido al clavo, fue relacionado con María y, en algunas ocasiones, aparece representado en las escenas de la dormición o de la asunción.
El Ángel nos representa a todos los que con devoción nos acercamos y arrodillamos ante ellos y llevamos “nuestros dones”, actos del corazón, buenos y malos…, y se los ofrecemos en humilde oración.
Procedencia: Palacete de Palma de Mallorca. Colección particular española desde pricipios del siglo XX.