Escuela Colonial. Cuzco. Perú. Siglo XVIII.
"La Virgen del Rosario junto a su esposo San José y Santo Domingo de Guzmán"
Óleo sobre tela. 74 x 61 cm.
La Virgen del Rosario era para los dominicos su advocación preferida de la Virgen María, debido a la tradicional creencia que la Virgen mandó a Santo Domingo a predicar el rosario.
Santo Domingo, fundador de la Orden de predicadores, representado recibiendo en sus manos el rosario.
Domingo de Guzmán (1170-1221), monje español nacido en Caleruega, Burgos. Su misión fue viajar al sur de Francia para convertir a los que se habían apartado de la Iglesia Católica por la herejía albigense. Que entre otras cosas negaban todos los Sacramentos, así como que María fuera la Madre de Dios.
Domingo trabajó durante años, y dio comienzo a la orden de los Dominicos en un convento que se encontraba en Proville, junto a una capilla que dedicó a la Santísima Virgen. Fue ahí donde Domingo le rezó a la Virgen María pidiendo su ayuda, y ahí se le apreció y le enseño a rezar el Rosario, pidiéndole que propagara esta devoción y que la utilizara como arma poderosa en contra de los enemigos de la fe.