Escuela española o colonial. Siglo XVII - XVIII.
"Venerada Señora Dña. María Jesús de Ágreda en su estudio”
Óleo sobre tela.
42 x 36 cm.
Nuestra pintura es realmente importante, pues a parte de los grabados, se conserva escasos ejemplos pictóricos sobre lienzo y alguna escultura de la Venerable, en la que habitualmente se la retrata en su faceta de escritora. Aun así, no son muy abundantes, y la mayoría de carácter devocional.
Nuestra pintura la presenta en un ambiente de biblioteca, muy intelectual, con ese vanitas sobre su mesa del “no apegarse ni a este mundo ni a su tiempo”, mira al cielo, a su Madre, que le dicta su vida y que tan bien reflejó.
Esta soriana de nacimiento profesó como monja franciscana concepcionista, llegó a ser abadesa de su convento, escritora, mística, misionera, consejera real y una de las mujeres más famosas de su tiempo.
Vida movida por el espíritu de Dios, cargada de lo sobrenatural y prodigioso: ubicuidad, estar en Soria y en América al mismo tiempo, y fama de santa. De ahí el sobrenombre de La Venerable. Dos veces tuvo que enfrentarse a la Inquisición y las dos salió indemne.
Confidente y consejera personal de Felipe IV durante más de 22 años en asuntos gobierno, ministros, educación del príncipe, o cadi confesora de sus cuitas y penas cuando en 1644 murió su mujer, Isabel de Borbón.
A pesar de su formación intelectual escasa, eso no impidió que fuera una escritora prolífica. Obras de índole religiosa: Vida de la Virgen, escrito “al dictado de la Madre de Dios”, y otras que tuvieron mucha difusión. Mística Ciudad de Dios se publicará tras su muerte.
Cuenta la leyenda que, Sor María Jesús de Ágreda enseñaba la Fe a los indios del sur de México, mediante bilocación dado que jamás abandonó España.
Como indica Participa Andrés González: "A lo largo de su vida podemos destacar tres aspectos: su fuerte espiritualidad, marcada por momentos de éxtasis y actos penitenciales; el fenómeno de bilocación, por el cual participa en la evangelización de la zona de California; y su faceta de escritora, tanto de libros como epistolar. En los primeros años de su vida enclaustrada, nos encontramos con uno de los aspectos más interesantes de la venerable soriana, su capacidad bilocadora, por la que, sin salir del convento de Ágreda, aparecía en América catequizando a los indios. Hacia 1620, en la zona septentrional de Sudamérica los indios acuden a los franciscanos de forma voluntaria pidiendo ser bautizados, extrañando esto a los misioneros pues no habían llegado a ellos para instruirlos. Los indígenas manifestaban haber recibido la visita de la «Dama azul de los llanos», una bella mujer vestida de azul, quien les había indicado que fuesen a recibir el bautismo. Estos hechos cesaron en 1623".
Bibliografía de referencia:
- Patricia Andrés González : "Iconografia de la Venerable María de Jesús de Agreda"