Escuela castellana ¿taller riojano o vasco? Primer tercio del siglo XVI.
"Apresamiento de Santa Águeda"
Relieve en madera tallada, policromada y estofada.
Medidas: 58,5 x 44 x 13 cm.
Este curioso relieve presenta un episodio de la vida de Santa Águeda, probablemente el de su apresamiento por orden de Quintiliano, cónsul de Sicilia, en tiempos de las persecuciones contra los cristianos, al no haber accedido a su mandato de renunciar a su fe en Cristo. Este tipo de escenas compactas y vivamente expresivas solían formar parte de retablos, por lo general monográficos sobre la vida de un santo, en este caso Santa Águeda de Catania, que se fabricaron en el primer tercio del siglo XVI.
La escena la conforman cinco personajes dispuestos en composición circular sobre un plano inclinado, recurso utilizado para la consecución de profundidad, pero también para que se puedan ver óptimamente las figuras del fondo pues de otra manera apenas serían perceptibles, y más si el relieve ocupaba una hornacina dispuesta a cierta altura. La acción recae en los tres personajes del primer plano –Santa Águeda y Quintiliano en los extremos, dispuestos de perfil, y el esbirro que a la orden de Quintiliano ha procedido a apresar a la santa, que está colocado de espaldas y con un pie adelantado para acentuar la profundidad de la escena–, mientras que los dos del fondo ayudan a completar la escena, de suerte que cada uno de ellos dirige su mirada a un lado, el de la izquierda a Santa Águeda y el barbado de la derecha a Quintiliano.
Se trata de figuras de canon corto labradas con detallismo, en especial las cabezas, con sus tocados, y rasgos faciales, que por otra parte parecen seguir un mismo patrón. Visten lujosos ropajes, ricamente estofados y poblados por plegados muy superficiales pero sabiamente movidos para crear cierto dinamismo. Destaca el juego de interacciones basada principalmente en la mirada de unos personajes a otros.
Santa Águeda, que presenta un semblante grave y cuyo cuerpo denota cierta rigidez, acaba de ser apresada, como así lo indican las manos cruzadas sobre el abdomen al mismo tiempo que el esbirro le agarra por los brazos. Lleva el pelo cubierto por un curioso tocado de procedencia norteuropea. Por su parte, el esbirro, dispuesto de espaldas y vestido con un traje militar, sujeta con ambos brazos a la santa mientras dirige la mirada al cónsul para terminar de recibir las órdenes sobre qué hacer con ella, a buen seguro su conducción al cadalso en el que fue martirizada y se la cortaron los senos. Presenta un rostro hosco y una abundante cabellera. Finalmente, Quintiliano es una figura bien movida que adelanta la pierna izquierda al mismo tiempo que con el brazo de ese lado se agarra el manto. En la otra mano porta un bastón indicativo de su poder. Barbado como su secuaz, lleva la cabeza cubierta por un tocado circular plano.
Por sus características generales y rasgos estilísticos, este precioso relieve sería labrado por un buen maestro castellano (quizás de la zona riojana o vasca) del primer tercio del siglo XVI.
Agradecemos a D. Javier Baladrón, doctor en Historia del Arte, por la identificación y catalogación de esta obra.