Accesorio de traje ceremonial. Arte plumario. Chakana de Lichiwayus. Pueblo Aymara, Bolivia departamento de La Paz.
1750- 1800.
Esta delicada pieza de arte plumario forma parte de un atuendo festivo de los Andes bolivianos utilizado durante el periodo Virreinal y que siguen vigentes hasta los tiempos modernos. Pertenece esta Chakana al atuendo de una danza ritual llamada Lichiwayus asociada al llamado de la nieve antes de empezar a trabajar la tierra. La humedad producida por la descongelación penetra la tierra y facilita el trabajo del barbecho.
Debido a la naturaleza frágil del material, la mayoría de los mosaicos de plumas supervivientes son creaciones bastante modernas, pero las excavaciones arqueológicas de sitios de entierro a gran altitud con poca precipitación anual descubrieron plumas centenarias bien conservadas como en el caso del ejemplar aquí presente. El Museo de Arqueología y Antropología de la Universidad de Pensilvania, el Museo de Israel de Jerusalén, Museo Bowers en California y el Instituto de Arqueología Robert. S. Peabody conservan Chakanas y atavíos corporales que datan desde los siglos XVIII y XIX, hasta el siglo XX. Dentro de las obras inventariadas destacan también las del Museo Nacional de Etnografía y Folklore de Bolivia.
La iconografía representada por formas zoomorfas de leones y serpientes se remonta a la época colonial donde aparecen en escudos asignados a familias nobles, descendientes de los Inkas. Podríamos estar hablando de emblemas heráldicos con los que se identificaban ciertas familias.
Este tipo de Chakanas de Lichiwayus están elaboradas con 17 tablillas planas de madera colocadas horizontalmente y unidas mediante cordales que atraviesan perforaciones en la parte superior e intermedia de cada uno de los listones.
Las materias primas identificadas son Plumas, madera, fibra de animal y algodón, mientras que los plumajes normalmente utilizados en este tipo de trabajos varían utilizándose las siguientes especies de aves; Garza Blanca, Loro Amazonico, Cotinga Gargantimorada, Aurora de Collar, Paraba Azul Amarillo y Paraba roja.
Guaman Poma de Ayala describe en su obra Nueva Crónica y buen gobierno el rol e interacción de las avas con los seres humanos, destacando las aves de la region andina que eran utilizados como pago de tributo al Inka (…) jóvenes de doce a dieciocho años mientras cuidaban los rebaños de llamas o alpacas ‘cojían con lazos o ligas a los pájoros llamados auchiua, yutu, quiuyo, tacami, auas, recreo y hacían de la carne petaquillas y las plumas las guardaban para los incas y capac apocuna y para capitanes tenía este oficio’. Tiempo atrás se habían entrenado (entre ‘nueve y doce [a]ños’) en atrapar ‘pajaritos menudos’ …… que llaman pájaros pulidos, quinte, uaychau, chayna, urpay, y otros pájaros que hay; la carne la hacían charqui petaquillas y las plumas lo guardaban para la pluma y cunpi de pluma y otras galanterías del Inca y principales y capitanes aucamayoc cuna… (Millones y Schaedel, 1980: 61-65).
En la obra Arte Plumario en el Altiplano Paceño: Historia, danza y técnicas de los plumajes en las comunidades Aymara del departamento de la Paz, Bolivia refieren que la descripción de la fauna, y en algunos casos de la flora, americana fue una tarea que realizaron algunos exploradores, soldados, funcionarios y religiosos como respuesta a la petición de información de las autoridades, deseosos de conocer y aprovechar las ventajas que ofrecía el nuevo continente. En las descripciones realizadas por los cronistas y viajeros sobre los animales que habitaban el nuevo continente se destacaron los que moraban en el agua, sean lagos, ríos o mares, los animales de tierra y los del aire. En estos diversos escenarios las aves son las únicas que se podían encontrar en los tres ambientes —agua, tierra y cielo—, y a partir de ello ser reconocidas como mensajeras de lo divino y tener ciertas características sobrenaturales.A este respecto Andrés Gutiérrez Usillos mencionaba que “[