"Virgen con Niño". Relieve en madera tallada, dorada y policromada. Escuela castellana. Segundo cuarto del siglo XVI.
51 x 45 x 7 cm.
Este delicado relieve de la Virgen con el Niño nos presenta una escena íntima de marcado carácter devocional. La Madre ha sido captada de medio cuerpo sosteniendo en el a su Hijo en una composición circular cerrada, en la que ningún elemento sobresale del conjunto. La armonía, la suavidad y la elegancia son las tres características de esta pequeña pieza maestra que ofrece una imagen amable y afectuosa de la Virgen con el Niño que juguetean y se acarician a la par que sujetan con sus manos sendos elementos: un libro la Madre y el orbe el Niño. El robusto cuerpo del Hijo, captado en toda su plenitud, realiza un movimiento helicoidal que aporta notable elegancia a la composición y que recuerda lejanas lecciones miguelangelescas, por lo que es probable que el anónimo autor de esta obra tuviera un conocimiento, más o menos cercano, de la escultura italiana del primer tercio del siglo XVI.
Mientras que el Hijo mira amorosamente a su Madre, Ella mira de frente hacia espectador esbozando una ternura melancólica –un rostro muy melancólico en la línea de Diego de Siloé (h.1490-1563)–, como sabedora del futuro destino que le espera a su Hijo. Ambos peinan rubias cabelleras, la del pequeño compuesta por infinitos bucles, mientras que la de María se conforma a base de mechones curvados que caen por sus espaldas y que en el frente se encuentran ocultos por el curioso, elegante y lujoso tocado que le cubre la cabeza. También es lujoso el vestido que porta, cubierto con abundantes plegados, y con un escote circular por el que sobresale uno de los pechos. El trabajo en capas finas permite crear un ritmo de suaves líneas curvas al tratar los pliegues. Los rostros son delicados, percibiéndose un gusto clásico por la belleza idealizada.
Este relieve de la Virgen con el Niño en forma de tondo es una delicadísima pieza, de una calidad y finura muy elevada, que combina la estética italianizante con la castellana, lo que nos indicaría que fue elaborada por un importante maestro, quizás burgalés, que viajó a Italia, o que bien pudo conocer las novedades italianas en España gracias a la influencia de otro maestro. Aunque nada tiene que ver, estilísticamente hablando, posee grandes concomitancias con los medallones del mismo tema conservados en el Museo Nacional de Escultura: uno en alabastro debido a Felipe Bigarny (h.1470-1542) y otro en madera que se atribuye a Gabriel Yoly (h.1480-1538). Por las características referidas la pieza puede ser fechada en el segundo cuarto del siglo XVI.
Agradecemos a D. Javier Baladrón, doctor en Historia del Arte, por la catalogación de esta obra.
51 x 45 x 7 cm.
Este delicado relieve de la Virgen con el Niño nos presenta una escena íntima de marcado carácter devocional. La Madre ha sido captada de medio cuerpo sosteniendo en el a su Hijo en una composición circular cerrada, en la que ningún elemento sobresale del conjunto. La armonía, la suavidad y la elegancia son las tres características de esta pequeña pieza maestra que ofrece una imagen amable y afectuosa de la Virgen con el Niño que juguetean y se acarician a la par que sujetan con sus manos sendos elementos: un libro la Madre y el orbe el Niño. El robusto cuerpo del Hijo, captado en toda su plenitud, realiza un movimiento helicoidal que aporta notable elegancia a la composición y que recuerda lejanas lecciones miguelangelescas, por lo que es probable que el anónimo autor de esta obra tuviera un conocimiento, más o menos cercano, de la escultura italiana del primer tercio del siglo XVI.
Mientras que el Hijo mira amorosamente a su Madre, Ella mira de frente hacia espectador esbozando una ternura melancólica –un rostro muy melancólico en la línea de Diego de Siloé (h.1490-1563)–, como sabedora del futuro destino que le espera a su Hijo. Ambos peinan rubias cabelleras, la del pequeño compuesta por infinitos bucles, mientras que la de María se conforma a base de mechones curvados que caen por sus espaldas y que en el frente se encuentran ocultos por el curioso, elegante y lujoso tocado que le cubre la cabeza. También es lujoso el vestido que porta, cubierto con abundantes plegados, y con un escote circular por el que sobresale uno de los pechos. El trabajo en capas finas permite crear un ritmo de suaves líneas curvas al tratar los pliegues. Los rostros son delicados, percibiéndose un gusto clásico por la belleza idealizada.
Este relieve de la Virgen con el Niño en forma de tondo es una delicadísima pieza, de una calidad y finura muy elevada, que combina la estética italianizante con la castellana, lo que nos indicaría que fue elaborada por un importante maestro, quizás burgalés, que viajó a Italia, o que bien pudo conocer las novedades italianas en España gracias a la influencia de otro maestro. Aunque nada tiene que ver, estilísticamente hablando, posee grandes concomitancias con los medallones del mismo tema conservados en el Museo Nacional de Escultura: uno en alabastro debido a Felipe Bigarny (h.1470-1542) y otro en madera que se atribuye a Gabriel Yoly (h.1480-1538). Por las características referidas la pieza puede ser fechada en el segundo cuarto del siglo XVI.
Agradecemos a D. Javier Baladrón, doctor en Historia del Arte, por la catalogación de esta obra.